Depende. ¿De qué depende? De según como se mire todo depende…
Si bien puede usarse de ambas formas, dependerá de la preparación, la receta y nuestra experiencia. Así, por ejemplo, si se comienza a cocinar con té se sugiere partir por agregar la infusión a las mezclas, pues de estas formas es más simple controlar la intensidad de los sabores y la proporción en que será utilizado. De preferencia, además, se agrega caliente, pues cada té tiene su punto de temperatura especial para alcanzar su máximo potencial y este es aprovechado en su uso culinario.
De esta forma, una alternativa es sustituir ingredientes líquidos de una determinada preparación por infusiones de té. Así, por ejemplo, puedes reemplazar la leche de un queque por una infusión de té, o mezclar esta hierba en la leche para impregnarla de su sabor. También funciona con los líquidos de comida salada: una parte del caldo de un guiso o una sopa puede ser sustituido por una taza de té, de forma tal que pueda mezclarse con los demás ingredientes sin ser una utilización de reemplazo violenta.
Este mismo principio puede utilizarse en preparaciones alcohólicas: en vez de utilizar jugos frutales, por ejemplo, puede utilizarse una buena taza de té, cambiando por completo el sabor de un licor. Como dato freak, también vale la pena considerar que puede usarse como un reemplazo de la misma bebida alcohólica: para todos aquellos que al final de la fiesta son los responsables de conducir, o quienes quieren limitar su consumo de alcohol, vale la pena saber que existen tés que emulan, con ingredientes naturales, el sabor de ciertos cócteles. Este es el caso de XXXXXX, de Tinte Gourmet, el cual puede reemplazar un buen tinto navegado sin tener envidias de nadie.
Finalmente, en cuanto a su uso como infusión, también puede usarse para remojar en él los ingredientes, como por ejemplo puede hacerse con los frutos secos para una determinada receta. Otra alternativa es utilizarlo en preparaciones menos líquidas, pero aún no sólidas, tales como el arroz con leche, el ganaché de chocolate, los helados y natillas.
Otra opción más audaz es usar las hojas directamente. Por ejemplo, se puede agregar una cucharadita de té negro pulverizado en un molinillo de especias a una mezcla normal de especias tales como pimienta negra, ajo en polvo y otros. En ese caso, se utilizaría de la misma forma tradicional en que estas se utilizan para sazonar. Lo mismo puede hacerse con el curry casero o con mezclas de sazonadores personalizadas. Adicionalmente, incluso es posible agregar las hojas enteras a las preparaciones entre los muchos ingredientes de esta. Por ejemplo, al hacer galletas, las hojas pueden verse muy atractivas como parte de la masa y dar un sabor adicional a las mismas.
Es importante considerar que la calidad y conservación de todo ingrediente es algo fundamental y el té no es la excepción, por lo que siempre debe investigarse las cualidades del ingrediente y debe guardarse en un lugar fresco, oscuro y seco. Además, la mejor opción en el uso doméstico es comprar raciones pequeñas y en hojas sin pulverizar, pues de esta forma preserva mejor el sabor y aroma tan característico de este exótico pero tradicional ingrediente en nuestra mesa.
¡Pero cosa más buena oye!
Como ya te habrás dado cuenta, el té puede mejorar multitud de platillos simples y cotidianos: desde una sopa o un guiso a una carne en la cacerola, desde el postre de frutas hasta el queque de la once. Los tips están dados, nada más falta que tú te atrevas a enriquecer tus recetas con infusiones. A ponerle bueno chiquillos, que con un poquito de imaginación y astucia se logran las mejores cosas.
Y tú, ¿te animas a usar té como aliado en tu cocina?