Así como hay muchos tipos de ingredientes y preparaciones, hay también muchos tipos de té. De sus características dependerá con qué ingredientes puede ser combinado. Aquí te contamos sobre algunos de los más conocidos:
El té blanco, el cual se obtiene de los brotes más verdes del arbusto y que muchas veces es criado a la sombra para disminuir la producción de clorofila en la hoja, tiende a tener un sabor suave y delicado. Por ello, es mejor para platos más suaves de aromas sutiles, pues de otra forma su presencia en el plato puede desaparecer ante la presencia de otros ingredientes más fuertes. Combina bien con frutas como el durazno o la manzana o en macedonias, y en preparaciones dulces que contengan chocolate blanco, vainilla o flores. Por todo lo anterior, tiende a ser vinculado a preparaciones primaverales.
El té verde, por su parte, es un té sin oxidación de sabor más fresco que otros tipos de té, la cual es una de las razones por la cual su infusión se evita acompañar con azúcar en los países orientales. Este tipo de té queda bien con guisos de hoja verde, pollo, pescado, frutos secos u ingredientes como la espinaca. En general, se lleva bien con ingredientes con su misma gama de colores y con diversos guisantes. En su aspecto dulce la vainilla, el chocolate con leche y los aromas florales quedan bien con este tipo de té. Como bonus, La salsa bechamel también puede verse favorecida con la inclusión de este ingrediente o de té blanco dependiendo de a qué preparación irá acompañando.
El té rojo ya no es un té inocentón como los anteriores: en vez de tomarse tras su recolección, tiene un proceso de fermentación y consecuente oxidación que puede durar de 2 a 60 años en barrica de roble, tal como el vino. Este es un té añejado de color cobrizo, el cual se relaciona con sabores tierra, intensos y otoñales. Su utilización culinaria se parece a la del té negro, por lo que queda bien con carnes, guisos y sopas. También queda bien con verduras salteadas, frutos rojos, en galletas o en preparaciones con mantequilla; pues les darán un toque aromático frutal.
Finalmente, el té negro es el mas fuerte de todos. Este posee una oxidación intensa con una alta cantidad de cafeína, la cual es una molécula excitatoria del sistema nervioso. Es un té que te da alas por más tiempo que el café, pues aunque es ligeramente menos estimulante sus resultados duran más prolongadamente en el cuerpo. Es intenso, por lo cual queda excelente en carnes como la ternera o el cerdo, así como queda espectacular también en combinaciones cítricas. Su aroma se relaciona al cuero, la tierra y el bosque, por lo que en compañía de canela, pimienta negra, vino, chocolate negro o frutos secos tiene un excelente papel para llevar tus comidas a un nivel 2.0.